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No es solo tecnología, la transformación digital exige estrategia

15/02/2021
Colombia
España
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Bienvenidos a coexistir con la cuarta revolución industrial, un periodo emocionante para ser testigos de ¿cómo escalan exponencialmente muchas compañías?, ¿cómo emergen nuevos conocimientos?, ¿cómo cambian las formas de trabajo? y en definitiva ¿cómo impacta nuestra vida cotidiana?

En esta vivencia actual donde confluyen tantas tecnologías al tiempo: Inteligencia Artificial, Big Data, Realidad Virtual, Cerebro-Computadora, Robótica, IOT; por mencionar unas pocas, existen dos palabras comunes y usadas en todos los sectores empresariales y es la tan nombrada: Transformación Digital, ahora que acabas de leer estas dos palabras tan desgastadas, ¿Qué piensas de inmediato? ¿A que las asocias?, quizás la respuesta más común sea la tecnología, sin embargo ¿Crees que es suficiente adquirir tecnología de punta o a la vanguardia para lograr una transformación que mejore la rentabilidad de tu empresa y te asegure un sobresaliente en la satisfacción de tus clientes?

Desde mi experiencia, me encuentro a menudo con compañeros y profesionales de organizaciones que indican estar en la ola de la transformación digital porque crearon su tienda online y empezaron a hacer marketing digital o porque adquirieron un software de ERP, CRM, BPM; sin embargo y sin restarles importancia porque son herramientas que sin duda aportan valor en este proceso, estas y otras herramientas son solo eso, un instrumento, ¿Qué sucede con las personas, los procesos y las necesidades insatisfechas del cliente?

Un estudio de la consultora McKinsey indica que el fracaso de los proyectos de transformación digital está por encima del 70%. Igualmente y de acuerdo a un estudio realizado por MIT Sloan Management Review en conjunto con Deloitte, «Digital Business Global Executive Study and Research Project», afirma que la estrategia es el conductor clave para la transformación digital, la cual debe ser guiada por líderes que promuevan una cultura abierta al cambio, a tomar riesgos y a lo desconocido.

No se debe adquirir lo popular tecnológicamente, solo por creer que se tiene que hacer; si esa adquisición no tiene lugar en nuestro plan estratégico y no se vivencia con propósito por las personas desde todos los niveles jerárquicos de la organización, no tiene sentido. Igualmente, no se puede hacer todo a la vez; en una analogía, si en lugar de tecnología se tratase de comida: ¿Si tuvieses en tu mesa toda la comida que puede consumirse en una vida, podrías comerte todo al tiempo?, No. Hacer esto con la tecnología puede provocar que tus colaboradores se sientan abrumados y desalentados. 

La Transformación Digital nunca termina y será una sentencia al fracaso tanto para aquellos que deciden no atreverse, puesto que la rigidez de la estructura corporativa afecta directamente el cliente, como a los que se arriesgan sin una estrategia, <<Si no sabes a que puerto navegas, cualquier viento será favorable>>, afirmaba Séneca.

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Desde mi experiencia, un aporte de gran valor en las compañías ocurre cuando se faciliten espacios de adquisición de conocimientos y de co-creación para la transformación, de forma transversal en todas las áreas, sin importar si tenemos o no conocimientos tecnológicos. Hace unos meses, en mi empresa, emergia, nos ofrecieron la posibilidad de participar en unas sesiones enfocadas en nuevos conceptos de transformación con expertos en diferentes materias. El resultado de estas jornadas, ha sido realmente beneficioso en nuestros espacios de diseño de soluciones con nuestros clientes, para generar realmente un diferenciador de valor que lleve a otro nivel la ejecución de las estrategias trazadas.

El reto que tenemos es integrar en armonía a las personas, la tecnología y los procesos, midiendo el impacto y reorganizando continuamente, si se pretende conseguir un ecosistema flexible que se adapte a dar continuos pasos hacia nuevas oportunidades aplicables al modelo de negocio actual.

Según estudio de MIT SLOAN MANAGEMENT REVIEW - DELOITTE UNIVERSITY PRESS: “Las empresas que maduran digitalmente se comportan de manera diferente a sus pares menos maduras. La diferencia tiene menos que ver con la tecnología y más con los fundamentos empresariales. Las organizaciones que maduran digitalmente están comprometidas con estrategias transformadoras respaldadas por culturas colaborativas que están abiertas a asumir riesgos. De igual importancia, los líderes y equipo de personas de las organizaciones que maduran digitalmente tienen acceso a los recursos que necesitan para desarrollar habilidades y conocimientos digitales.”

Por Alejandra Flórez, Directora de Soluciones en Colombia